Esta es la pregunta que me hizo esta semana uno de mis clientes de coaching: “tengo curiosidad por saber las diferencias que hay entre un coach y un psicólogo; ¿hacéis lo mismo verdad?, es que he visto en internet que hacéis cosas parecidas y algunos comentarios bastante despectivos hacia los coach”.

Yo, que no soy psicólogo, ni pretendo serlo, desconozco lo que hace un psicólogo en su consulta, ya que nunca he necesitado la asistencia de un profesional de la salud especializado en esta rama. Pero si conozco lo que hace un coach certificado, especializado y con años de ejercicio profesional, y teniendo a sus espaldas muchas horas de coaching, en sus tres vertientes.

Mis respuestas no pasaron más allá de las teóricas del manual de inicio, puesto que era una pregunta que nunca me había planteado, de la misma manera que nunca me he planteado que hacen otros muchos profesionales, con estudios universitarios o sin ellos.

No cabe duda que el padre del coaching tal y como lo conocemos actualmente es Timothy Gallwey, entrenador de tenis que empezó a escribir en los años 70, y cuyo libro fundamental es “El juego interior” (Inner Game), cuando se percató que enfrentándose dos jugadores en igualdad de condiciones físicas, había uno que ganaba con más facilidad que el otro. Comprendió que no sólo había que entrenar la parte física, sino también  el desarrollo de la conciencia de nuestra mente (El juego interior); es decir la importancia de conocerse a uno mismo, sentirse capaz de afrontar y superar los retos, y hasta los propios límites.

 El coaching es multidisciplinar y se nutre de diversos estudios y fuentes, entre las que destacan:

  • La filosofía; desde Sócrates y el arte de la Mayéutica, hasta la filosofía existencialista alemana (Nietzsche, Heidegger, etc.)
  • La Psicología: desde Freud y el psicoanálisis, el humanismo de Rogers, la Gestal de Perls, la logoterapia de Viktor Frankl, la psicoterapia cognitiva de Albert Ellis, y la Escuela de Palo alto de Paul Watzlawick, entre otros autores.
  • Teorías de Liderazgo y Management como las de Stephen Covey ( Licenciado en Administración de Empresas), Peter Drucker (Abogado), Peter Senge (Ingeniero), Daniel Goleman (Psicólogo y Periodista), Ton Peter (Ingeniero y Lcdo. en Empresariales), etc.

EquilibrioPara la Federación Internacional de Coaching (ICF), el coaching es:

  • Una relación profesional continuada que ayuda a que las personas produzcan resultados extraordinarios en sus vida, carreras, negocios u organizaciones. A través de un proceso de coaching, los clientes ahondan en su aprendizaje, mejoran su desempeño y refuerzan su calidad de vida”.

Existen varias definiciones, casi tantas como escuelas de coaching y cada una pone el foco en su área de especialización; Escuela de coaching Ontológico (conocido como Coaching Chileno), Escuela de Coaching Norteamericana, Escuela de Coaching Oriental y Escuela de coaching europeo dentro de la que me encuentro como coach Dialógico.

El Coaching Dialógico® es el primer modelo propio de coaching en España. Lo lanza el IDDI de la Universidad Francisco de Vitoria. Es un modelo fuertemente innovador y sólidamente fundamentado, que partió de una investigación multidisciplinar y rigurosa que conecta las aportaciones de la filosofía, la psicología y el coaching.

Se inspira en el “Personalismo”, en la logoterapia de Viktor Frankl y en el “Pensamiento Dialógico”. Entendido este como el diálogo que el hombre establece con la realidad que le rodea y de la que forma parte.

El coaching dialógico aborda a la persona desde una perspectiva integral. Explora sus distintas dimensiones y desvela el sentido, el ser, el camino, las relaciones y sistemas del cliente.

Ante el reto que el cliente trae, no se pasa superficialmente por encima, sino que  ahonda en cuál es la realidad actual del cliente, cuál es su propósito y cómo conecta éste con el reto que ha traído, qué acciones concretas y en qué dimensiones pueden ayudarle a conseguir sus metas.

El coaching dialógico pone el énfasis en que el cliente sea capaz de crear relaciones de encuentro creativas y eficaces con su entorno, relaciones poderosas de encuentro.

Así que el beneficio es enorme: puede significar nada menos que llegar a la propia plenitud.

El coaching dialógico se demuestra eficaz para desarrollar habilidades directivas como la visión de negocio, la comunicación a todos los niveles (también en el aula, como docente) o el trabajo en equipo.

Consigue aclarar las propias metas personales y profesionales, para encarar retos que parecen superarnos y para incrementar el propio rendimiento y satisfacción personal y profesional. (Coaching Dialógico, Susana Alonso, colección acción empresarial  2013). 

Equilibrio

Resumiendo, podemos decir que el objetivo del coaching es ayudar a los clientes a crear la vida personal y laboral que desean, lo que supone desarrollar sus talentos poniéndolos al servicio de su vocación y misión en la vida.

Un buen coach siempre ofrece la primera sesión gratuita y sin compromiso, ya que se trata de conocer al cliente y el problema, reto o desafío que tiene; ver si hay conexión por ambas partes, explicar en que consiste el proceso de coaching, las responsabilidades en ese proceso del cliente y las del coach.

Si el coach entiende que no puede ayudar al cliente, se lo dice, al igual que lo deriva a un profesional de la sanidad, si se viera la necesidad, no entrando nunca en realizar ningún tipo de terapia ni de consultoría.

También se explica el código deontológico que rige esta profesión y se clarifica la duración máxima del proceso, la cadencia de las sesiones (semanal o quincenal si hablamos de coach de vida), el trabajo al que se compromete el cliente entre sesión y sesión y que va a contar con el acompañamiento en todo el proceso, no sólo en las sesiones; ya que el verdadero coaching se produce entre sesión y sesión; son en esos momentos donde se produce el proceso de transformación y desarrollo del cliente.

En cualquier momento del proceso, este puede finalizar, a petición del cliente por haber resuelto el problema, reto o desafío, o a petición del coach al entender que no se produce el avance necesario o que las sesiones de coaching no aportan nada al cliente. Lo habitual es que no exista un número predeterminado o fijo de sesiones a realizar; pero si un número máximo, siendo este de 12 sesiones (si es una sesión semanal, hablamos de 3 meses, y si las sesiones son quincenales, hablamos de 6 meses) máximo.

Ante la necesidad de un profesional, yo recomiendo verificar la formación, que haya sido en un centro reconocido por ICF, (es una garantía de la formación teórico-práctica recibida), de prestigio y sobre todo la experiencia, no es lo mismo empezar a ejercer/prestar servicios, que tener 5, 10 o 30 años de experiencia. Las garantías de éxito no son las mismas.

Sigo apostando por lo mismo:  

 

PON UN COACH EN TU VIDA”